Friday, May 12, 2006

El Kalevala, épica finlandesa

Las escrituras originales de la gran epopeya finlandesa, Kalevala y los poemas épicos antiguos de donde nació, ya mencionaban una realidad diferente, etérea y mística. Incluso en la actualidad, los chamanes de Carelia y Laponia son respetados miembros de la comunidad y ofician como curanderos y sacerdotes de ritos ancestrales. Los chamanes de Siberia y los hechiceros indios de América son quizás los más conocidos mundialmente por los numerosos estudios realizados sobre ellos. Y a grandes rasgos se ha descubierto que la filosofía de estos "brujos" es similar a la de renombrados maestros de la India o los lamas del Tibet, los sabios de Oriente.
La caza des brujas oficiada en Europa durante toda la Edad Media es un signo tangible de que, si bien no eran todos brujos, magos o chamanes los que ardían en la hoguera, las prácticas de la magia se extendían secretamente. La Iglesia Católica, organizadora de cruentas persecuciones, veía su poder directamente amenazado. Esta institución Apostólica y Romana se ha responsabilizado históricamente, no solamente del asesinato de miles de inocentes, sino de la pérdida de un importante conocimiento paralelo y alternativo. Un saber que ojalá se conserve aún en lugares donde no haya conseguido llegar la mano de su destructiva influencia. El fundamentalismo católico ha emparejado, como método disuasivo, la maldad, incluso la presencia del mismo diablo con el concepto de brujería. Habría que distinguir, sin embargo, entre la magia blanca practicada con un ánimo benigno y cognitivo y la nigromancia que involucra la presencia del demonio en sus rituales ocultistas.
En finés la palabra bruja, noita, tiene su etimología en el vocablo noaidi del saame o sami (lengua de Laponia) que significa sabio, o persona que conoce otra dimensión. Aquí la brujería no está forzosamente relacionada con el mal satánico sino con el conocimiento. Lo mismo que la palabra chamán se refiere a aquel que sabe el camino, que conoce otra verdad y se adentra en una dimensión diferente y hermética para el común de los mortales. Este espacio cuántico, etéreo y atemporal constituye sin embargo un mundo tan real y a la vez tan misterioso como el mundo de los sueños, una dimensión cargada de símbolos.
Se tienen muy pocos datos científicos del mundo chamánico. La ciencia quizás pueda revelar los impulsos eléctricos que recorren nuestro cerebro o situar el emplazamiento físico del alma dentro de la estructura craneal, pero se ve incapaz de dar una explicación a misterios existenciales como la conciencia individual o la quintaesencia del alma.
Parcialmente definida la conciencia es, en nuestro entendimiento, el reflejo del mundo que percibimos. Pero esta percepción está sujeta a coyunturas culturales, el reflejo del mundo en nuestro interior obedece a los cánones de nuestra propia cultura, y su entendimiento está conformado por ésta.
La conciencia chamánica se asienta en el precepto de un mismo mundo común a toda la humanidad. Pero es la percepción chamánica en sí la que distingue entre dos mundos paralelos. En el viaje al mundo oculto, los animales y las plantas se comunican con el hombre como entes espirituales y hablan con él. El tiempo y el espacio pierden su estructura racional. Los entendidos hablan de una conciencia extendida y ampliada a otra dimensión. Una consciencia filosófica sin censura ni tabúes impuestos por excluyentes y rígidas doctrinas racionales.
Desde los años de la psicodelia y el LSD se han multiplicado los experimentos científicos en torno a los efectos psíquicos de las drogas. La meditación trascendental es el medio empleado por sabios del mundo entero para ampliar el dominio humano sobre lo físico y lo espiritual. Los resultados de todas estas experimentaciones son sorprendentes. La dimensión extendida de la conciencia, cualquiera que sea el camino para llegar a ella, abre horizontes nuevos que rompen prejuicios adquiridos, libera y extiende el reflejo subjetivo del mundo en que vivimos.
Los pueblos aborígenes han sabido desde siempre conectar con mundos paralelos y sintonizar la conciencia y la intuición con las energías cósmicas. Las innumerables y variadas artes empleadas germinan en la noche de los tiempos. Diversos rituales permiten el contacto entre los mundos paralelos. El tambor es quizá el instrumento más empleado; con una monótona cadencia hipnótica, cierra la percepción que llamamos "normal" y transporta al mago a otra dimensión. Los repetitivos cánticos y bailes provocan trances colectivos en los ritos afro-cubanos. Los instrumentos utilizados universalmente pueden ser simples sonajas, tazas metálicas semicirculares o sofisticados instrumentos de cuerda sin olvidar el kántele del viejo Väinämöinen en el Kalevala. La monotonía de la repetición abre las puertas de la percepción que como una fantasía espontánea deja entrever una realidad diferente. Sin drogas o con ellas comienza una especie de alucinación que trae consigo sonidos y voces así como visiones diversas.
El chamán disfruta socialmente de un estatus indefinido, entre sacerdote y curandero y que contrasta según las culturas. "Viaja", en un estado más o menos hipnótico, al mundo del silencio del que trae consigo el nombre de alguna planta o algún remedio curativo. La sabiduría chamánica empleada para un alto propósito filantrópico es respetada entre los filósofos orientales como concepto iluminado que abre el acceso a un mundo de insospechadas posibilidades.

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